Soportales del zócalo de la ciudad de México el día después del concierto de Pink Floid en 2016

Carta abierta a Trump

Estimado Señor Trump:

Le escribo para saludarle y aprovecho para hablarle de muros. Me siento autorizado, pues mi papá fue albañil y en casa mis primeros libros adultos fueron sobre construcción. Sin embargo, creo a ese respecto tendrá Ud. mejores asesores. Así que le hablaré, aunque con menos autoridad, de otros muros.

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Quiero de vuelta mi aceituna

En 1987, Robert Crandall, ejecutivo financiero de la American Airlines, se hizo muy famoso por una idea que ahorraba 100.000 dólares anuales a su empresa: suprimir la aceituna que coronaba todas las ensaladas de los viajeros de primera clase ¡Sin que los viajeros notaran su ausencia!

Eran los 80s, pleno auge del reinado de los ingenieros, sumos sacerdotes de la optimización, y sus proselitores: ejecutivos financieros dispuestos a ganar millones ahorrando céntimos.

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Reseña de Míchel Colette

Míchel Colette, reseña Mitología íntima para el blog del Colectivo Artes. Aquí la transcripción completa: 


Reseño "Mitología íntima", (ediciones Rialp) de José Antonio Pérez Robleda, accésit del premio Adonáis 2014, poeta camero del barrio de La Pañoleta. Poemario cercano, ameno, corto porque se lee, cuando menos, en un rato de dedicación plena. Nada mejor que el hilado de los títulos contenidos para dejarse seducir como por un falo enchido o un poblado monte de venus.

Quídam clasificados manifiestos de otoño, el sacrificio de la hoja con sus arrechuchos allí en mitad de la calle. No pierdas nunca la costumbre de la risa, sonreidor pasivo o alma de gato que al rizar su mano entre mis manos en el asedio a una quinta con huerto y jardín, recibo instrucciones para dibujar tu amor exáctamente. Límpida cartografía en amores de once varas con riesgo de enganche, Lo li ta, nostalgia de verano en que elegir la O es renunciar a la otra orilla, al holocausto. Encuentro en la mitología íntima sobre los seres alados, Ariadna, esos amores desalmados, aquellas musas o aquesta pégea morena sobre pedestal, o a caso aquellas sirenas, las que nos pierden y nos enamoran.

 

Míchel Colette 07/05/2015

Publicado originalmente en: http://colectivoartesas.blogspot.mx

Sonreidor pasivo

Y qué culpa tengo yo

de haberme acostumbrado a su risa.

Acaso preguntó usted si podía sonreír,

acaso se acercó con un: disculpe,

resulta que tengo una sonrisa encantadora:

¿le importa a usted que yo sonría?

 

Hubiera sido bien distinto:

tal vez entonces yo le hubiese pedido lumbre

para encender mi mejor gesto

y hubiese sonreído con usted

prendiendo cada sonrisa

con la mueca que dejase en su labio la anterior

 

Pero no,

Usted señorita

llegó, maleducada,

sonriendo sin permiso.

Obligándome, un día tras otro,

a su afición sin yo quererlo,

hasta hacer de mi este pobre adicto

que ya no sabe imaginar la vida

sin esa costumbre suya

de sonreír a mi lado.



Del poemario Mitología íntima, 2015

apague su TV. Vol. 8 | Col. Guerro

El primer día que visité la Colonia Guerrero, estaba sicológicamente preparado para adentrarme en cualquier arrabal de Irak. Déjenme explicarme: la Guerrero es una de esas colonias sobre las que todo el mundo te advierte al llegar México: ten cuidado. No es un lugar para extranjeros. Es peligroso. No vayas solo. No camines en la noche. Lleva un perfil bajo. No vayas. Todos esas advertencias rondaban mi cabeza cuando crucé el Paseo de la Reforma y pisé por primera vez esa colonia.

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Confieso que he comido mal

Voy a hacerles una confesión: soy un adicto a la comida chatarra. Por suerte soy un adicto funcional. En general tengo hábitos saludables, como regularmente frutas y verduras y hago ejercicio moderado cuatro veces por semana. Pero, más o menos una vez cada dos meses, busco la ocasión para entrar a un expendio de hamburguesas industrializadas y pedir el combo más grande con refresco y patatas fritas. Mi placer no dura mucho, apenas, media hora. Pero hay algo en esa comida que me hace alcanzar el séptimo cielo: grasa, sal y azúcar.

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apague su tv Vol. 6 | desde las alturas

Siempre lo había sospechado: el vientre de la ciudad monstruo es un mar de techitos que se pierde en la inmensidad del horizonte; el pasado domingo tuve la certeza. Permítanme explicarme. El domingo fue uno de esos raros días de la época de lluvias en que el cielo está tan despejado que puede verse todo el valle de México. Desde el amanecer, la mañana prometía cielos azules y radiante sol; por lo que fue irremediable ir al centro y subir alto. Una vez en las alturas uno puede ver como las montañas quedan enmarcadas arriba por el cielo y abajo por una ondulante masa de techitos que parecen perderse más allá de donde alcanza la mirada. Como si uno hubiese dejado por un momento lo terreno.

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apague su tv Vol. 5 | arte vivo

Desde hace mucho tiempo estoy convencido que el museo es una morgue donde uno puede ir a visitar cadáveres bellos e ilustres. Algo así como las momias de Guanajuato pero de famosos. En principio no es critica. La función del museo es conservar, documentar y archivar aquellas obras y autores dignas de ese respeto. Asegurarse de que sus cadáveres estén siempre en perfecto estado de conservación y preservar en ellos la expresión de una época para el disfrute de todas las generaciones futuras; el arte vivo debe estar en otro lado.

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