Esta vez, en lugar de una reseña les voy a contar un secreto: durante mucho tiempo escondí mis albumés ilustrados. Me daba vergüenza ser un adulto joven sin hijos que, sin ningún fin, coleccionaba libros destinados para los más pequeños. Sin embargo, no podía evitar este gusto culposo.
Siempre ofrecía la excusa de haber crecido en una biblioteca, la B.P.M. Rafael Alberti, con una colección enorme de libros infantiles y que luego, al trabajar ahí como bibliotecario, recibiendo y clasificando novedades y clásicos infantiles y juveniles,, se me hizo vicio. Y, claro, ya no pude dejarlo.
Esta excusa me sirvió por un tiempo. Cuando se me gastó abrí este blog con el pretexto de reseñar los libros que compraba, (que siempre son más de los que reseño). Así le puse el disfraz de “afición profesional” a mi colección de albumés ilustrados y curiosidades infantiles.
Por suerte, las cosas han cambiado, este octubre La casa en la colina cumple cinco años y la literatura infantil ya no es un gusto culposo, (bueno, tal vez nunca lo fue, y solo yo sentía culpa). En el camino he descubierto que hay muchos como yo que además se organizan y hasta forman congresos. El próximo es el CILELIJ.
Este Congreso de Literatura Infantil y Juvenil iberoamericana llega sin ningún complejo a su tercera edición y después de Chile y Colombia aterriza en México. Del 14 al 18 de noviembre en el Centro Cultural del Bosque, habrá conferencias, paneles y coloquios sobre lo testimonial, lo fantástico y lo simbólico en la la literatura infantil y juvenil (programa completo aquí).
No sé Ustedes, pero a mi ya no me importa reconocer que voy por puro gusto y no pienso perdérmelo.
Nos vemos en la CILELIJ